El gran peligro desconocido que amenaza el desarrollo del potencial de muchas pymes en internet

Todos tenemos algún conocido que, cuando está enfermo y acude a la consulta médica, resulta ser el típico paciente resabiado que le explica al médico con todo lujo de detalles los síntomas, el diagnóstico, el pronóstico y por supuesto la medicación que debe prescribirle, y desconfía cuando el sufrido doctor se empeña en contradecirle e incluso tiene el atrevimiento de recetarle otra medicación indicada para alguna dolencia distinta de la que se ha autodiagnosticado.

En muchas pymes, internet es aún percibido como un juego de niños y, por lo tanto, se asume sin ningún asomo de duda que cualquiera que sepa navegar por internet puede tener criterio para valorar, opinar y decidir sobre temas relacionados con internet y que quién además sepa algo de diseño y programación, puede ser capaz de diseñar una web.

De esta percepción ha surgido el tópico sobre los cuñados / amigos / sobrinos / conocidos que saben de internet a quienes muchas pymes encargan el diseño de su web sin plantearse ninguna duda, o las típicas preguntas «¿cuánto vale una web?» o «¿a qué precio tu empresa vende una web?».

Esta percepción, aparentemente inocua, constituye una enorme amenaza para el aprovechamiento del potencial de internet para la pyme. Primero, porque casi siempre impide visualizar, y mucho menos valorar, este potencial. Y segundo, porque hace del todo imposible adquirir los criterios necesarios para tomar las decisiones correctas. En cambio, lo que suele ocurrir muchas veces es que provoca la toma de decisiones erróneas e incluso contrarias a los intereses de la pyme.

Volviendo a los juegos de niños, imaginemos a unos niños que juegan en una cueva en la montaña. Entran, salen, golpean las paredes de roca, tiran piedras, gritan y corren por ella, totalmente inconscientes del peligro de que se les derrumbe encima y también de que contiene vetas de minerales preciosos de gran valor.

Pues así es como muchas pymes juegan con su potencial de desarrollo en internet.

Ciertamente hoy en día existen muchas herramientas para hacer webs muy fáciles de usar.

Pero también es cierto que internet evoluciona constantemente y que su complejidad aumenta día a día, de modo que el tipo de web, con las características y funcionalidades necesarias, que puede permitir a muchas pymes aprovechar realmente todo su potencial en internet, solo puede ser planificada y desarrollada por profesionales expertos en internet, de la misma forma que diversos profesionales especializados son necesarios para montar y mantener un negocio, como por ejemplo gestor, abogado, decorador, interiorista, rotulista, carpintero, fontanero, electricista, pintor, ingeniero, arquitecto, etc.

De hecho, para poder obtener el máximo rendimiento de su potencial en internet, más que una simple web, muchas pymes necesitarían en realidad un proyecto completo de desarrollo de su presencia y su negocio en internet.

El hecho de que exista una enorme oferta de cursos, seminarios, congresos, workshops, jornadas, presentaciones, etc. sobre temas relacionados con internet, proporciona la falsa seguridad de que es posible convertirse en un experto dedicando unas cuantas horas a asistir a dichos eventos y a probar, practicar y aprender a utilizar distintas aplicaciones, utilidades, soluciones y herramientas de internet.

Pero la cosa no funciona así. Saber conducir no convierte a nadie en piloto de F1, ni en mecánico ni en diseñador de automóviles. Saber cocinar para la familia y los amigos no implica que alguien pueda hacerse responsable de la cocina de un restaurante en un día de trabajo cualquiera. Ser un experto en bricolaje no es suficiente garantía para diseñar y construir con éxito una casa.

La falsa sensación de seguridad que proporciona considerarse un experto en internet sin serlo realmente suele generar consecuencias bastante perjudiciales, algunas de ellas más visibles y otras menos. Las más visibles pueden ser más asumibles porque son bastante habituales («mal de muchos, consuelo de txxxxs»), pero las menos visibles pueden llegar a ser catastróficamente decisivas, y su cuantificación, si es que algún día se intenta hacer, siempre resultará muy frustrante y desagradable.

Estos son algunos ejemplos de consecuencias perjudiciales visibles bastante habituales en la web y el correo electrónico, que serían los componentes más básicos de un «proyecto de desarrollo de la presencia y el negocio de una pyme en internet»:

  • Cambiar la web perdiendo el posicionamiento en los buscadores.
  • Cambiar la web dejando visible un cartel de «web en construcción» durante un largo periodo de tiempo.
  • Cambiar la web por una considerablemente inferior a la antigua en aspectos técnicos, sin ser consciente de ello.
  • Cambiar la web y tener que volver a introducir todos los contenidos.
  • Clientes que no reciben correos electrónicos porque el servidor está en una lista negra.
  • Recibir spam en cantidades industriales.
  • Bucles infinitos de respuestas en listas de correo mal configuradas que generan enfados y denuncias.
  • Denuncias y sanciones por spam.
  • Rehacer la web una y otra vez, con los sobrecostes que ello implica.
  • Lentitud o cuelgues por servidor inapropiado o mal configurado.
  • Hackeos por seguridad comprometida.
  • Falta de optimización para el posicionamiento y para la viralización de contenidos.
  • Antivirus de usuarios que detectan virus en la web o avisan de que es peligrosa.

Y algunas ejemplos de las consecuencias menos visibles:

  • Pérdida de clientes.
  • Pérdida de posibles clientes.
  • Pérdida de liderazgo frente a la competencia.
  • Pérdida de oportunidades de negocio.
  • Web técnicamente anticuada, a la que le faltan funcionalidades esenciales, que cuesta mucho tiempo y dinero actualizar o renovar.
  • Web supuestamente optimizada para dispositivos móviles que consume mucho más tráfico del estrictamente necesario.

En resumen, parece lógico que la máxima prioridad del responsable de una pyme debería ser dedicarse a los aspectos de su negocio que domina y que, muy probablemente, por sí solos le exigirán toda la dedicación posible para conseguir que su negocio prospere y compita con éxito. Y que para todos los demás aspectos, incluyendo el de internet, le resultará mucho más provechoso acudir a los expertos correspondientes.

El gran peligro desconocido que amenaza el desarrollo del potencial de muchas pymes en internet es real y, desgraciadamente, muy habitual. Las pymes que adquieran consciencia del mismo y que actúen en consecuencia, cambiando y adaptándose a esta realidad, son las que tendrán más oportunidades de sobrevivir y crecer para superar estos tiempos de crisis que, desde un punto de vista evolucionista, son en realidad tiempos de cambio y adaptación.

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